lunes, 26 de noviembre de 2012

Una noche

Ella se despertó temprano, temprano teniendo en cuenta la hora a la que se había acostado. Él seguía dormido a su lado. A veces roncaba, a veces sudaba, y a veces tenía los pies fríos.
Se separaba al notar su roce, se daba la vuelta como si ella no estuviera allí.

Ella se despertó temprano, pero volvió a cerrar los ojos para que él estableciera la hora de salir de la cama. Todo lo demás pasó muy rápido y cuando él volvió del baño ella ya estaba vestida poniéndose los zapatos.
"¿No te quedas a comer?", "No, he quedado con unas amigas".

Caminaba  con la música en los cascos muy alta, hasta que llegó al Triunfo y esperó a que llegara el 7. "Si todo lo que no es amor, fuera tan sólo sexo, nos perderíamos la mitad de las caricias" pensó metiendo el bono-bus en su ranura.

jueves, 21 de junio de 2012

Como tú




Como tú, que estás presente entre mis pies
que sin quererlo y sin estar
te despellejas con mi piel,
que tus palabras en mi voz
se vuelven huecos que salvar
se vuelven charcos que saltar
como ese mar.

Como las cuerdas que punteas
para que duerma almivarada
y me sonríes entre sueños
como meciéndome tranquilo
como escuchando lo que digo
Porque allí estás, en todas partes
a donde miro.

Cuando yo sola me castigo
y me despego del vestido
en una cama,
y tú estás en mis ojos
en el color con el que afilo
la podredumbre del cuchillo
y en la importancia de un abrigo
en el Febrero de Granada.

En arroparnos con el frío
en sostenernos en el filo
en darnos paz,
mientras morimos...

Y si te mueres tú primero de los dos,
y me abandonas esta vez,
sin grandes duelos, te lloraré, tú bien lo sabes,
como a un hermano que escuchó
como a un amigo que lloró
como aquel hombre a quien amé.



Pintura de Edwar Hooper "Una habitación de hotel" tomada de este blogeste blog

martes, 15 de mayo de 2012

La nada y su aún


Ya nada queda
más que un saludo
más que un reducto
al que uno no quiere ni agarrarse
del que uno ya no quiere ni quejarse.

La intensidad incrustada
en forma de polen nauseabundo 
que embriaga a los normales
y se vuelve malestar a la altura del pecho.
Malestar de un humor
que recorre el cuerpo adormecido
casi hibernado, pero aún sangrante y doliente.

Aún, un aún con su valor de todavía
de resquicio, de algo que queda
a pesar del paso pesado de los días
y las pistas y los hechos consumados
de que nunca habrá nada, 
ni ilusión ni posible
ni siquiera espejismo o fascinación.

Pero en esta nada, pesa todavía el aún de tu mirada. 


(Foto tomada de este blog)


lunes, 14 de mayo de 2012

Cabeza de Venado

El venado muerto,
muerta la rabia,
y la sangre seca,
y en las cuencas canicas,
y su cabeza en el salón
      dorado y añejo
como un recuerdo de boda
                 pasado  de moda.

Y la cabeza del otro
que no pierde el norte
que se viste por los pies
         a la cabeza
que se angustia de los pies
         a la cabeza.

El hombre mira
la cabeza de venado en la pared
y desea ser el animal
y perder la cabeza
       como el venado en la pared.

(Ilustración de Nan Lowson)
http://www.depto51.cl/2011/03/07/el-venado/

jueves, 8 de marzo de 2012

28

Después,
queda el después o el luego
como un lugar imposible y profético.
Acumulados los antes,
tan hermosos,
nostálgicos y jóvenes.

Es hoy cuando alcanzo la mayoría de edad
es hoy y no hace diez años.
Algunas cosas están intactas,
pero mi piel no es la de siempre.

Los amigos, las ciudades,
las fotos de hace años
como un recordatorio del entonces,
que ahora adquieren la compleja función que ejercían,
ser el oráculo de los días presentes.

Las casas que he habitado,
las canciones que me son propias,
la ropa nueva en el armario,
los jerseys de siempre en el cajón.
La guitarra rosa que no suena,
está rota pero es bonita,
y a veces, con eso es suficiente.

El tiempo escurridizo
por entre las cosas que hacer,
entre la tesis y el psicoanálisis,
entre mi fascinación por Lacan,
mi nuevo amor por los gatos,
mis contradicciones absolutas,
entre el miedo,
-ese siempre es antiguo y nuevo-,
y entre mis letras, que nunca acaban de cuadrar.

No sé cuantas pérdidas, ni cuantos crujidos
le élite de esta edad no perdona estos modos atolondrados
de rozar la treintena,
pero ellos nunca me han importado nada,
usan contorno de ojos y pasean los domingos.

Mis padres, aún sosteniendome
en una adultez que siempre es a medias,
en un "y ahora qué" compartido.
Mi abuelo, que lleva años sin estar,
mis tios, mis primos.
Mi abuela, que pregunta por teléfono, si hoy iré a comer.

Y al final, en el dossier,
cada vez más recuerdos
y más olvidos.

lunes, 13 de febrero de 2012

Un tiro

Para una ilustración de Antonio Illescas
y su "catálogo de suicidios"

El impacto atravesó la piel, ya negra,
con el pelo quemado y los capilares humeantes.

Y entró hasta tocar el hueso,
blanco, firme y hueco,
que quebró como una nada
tras el paso de la bala.

Luego la carne salió,
roja, viscosa y sangrada
y el suelo se manchó
y las paredes de tu casa.

"volveré cuando estés muerto",
me gritaste enfadada.

miércoles, 1 de febrero de 2012

La Fascinación



Por entre el miedo azul
y helado
del frío imaginario,
encuentra su entrada,
la fascinación.

Hiriente ser blasfemo,
serpiente desconchada
deshilada, maldecida
que recoge sus escamas
por si acaso.

domingo, 29 de enero de 2012

Las naranjas


Rodando están las naranjas por entre las aceras,
heladas y redondas,
calladas.

martes, 24 de enero de 2012

Ligre




Detenidos los sollozos
verdes y fríos
como un caballo esmeralda.

Imposible como un ligre,
pero imaginariamente posible,
como la imagen de un delirio,
de un ligre,
estampada en una camista

lunes, 16 de enero de 2012

No hay mañana



No fue una decisión de señorita,
él preguntó confuso
mientras ella sonreía.

Se descolgó un colapso
en el que ella repasó
tres años de diván
-ninguna conclusión-
y le tuvo que invitar
a probar su habitación.

No hay tiempo que esperar,
no hay mañana, concluyó.

El sexo le sirvió
para después -y ya sin él-,
poder alucinar
cualquier historia de amor.